miércoles, 30 de diciembre de 2009

El Hospital... o la hora de morir es incierta.

Hace poco fui a un hospital y el cuadro con el que me encontré fue brutal. En un pasillo pude escuchar a un médico hablar con un señor desesperado. Tenía a su mujer interna y si no le hacían una transfusión esa noche, moriría al día siguiente. Me ofrecí como donante. El médico me dijo que el banco de sangre del hospital no funcionaba. ¿Qué hay que hacer entonces? “Buscar la sangre”, me respondió. ¿Y cuánto cuesta? “Dos mil pesos, más el donante”. La señora al ver que todo era tan complicado, agonizante le pidió al médico: “Doctor, déjeme ir a mi casa, que si muero aquí, mi marido no va a tener dinero para sacarme del hospital”.

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